No te conozco, no sé quien eres, ni tu nombre, ni tu historia. No sé dónde vives, ni cómo eres.
No he visto tu cara. Ni tu cuerpo. Ni se dónde estabas, ni que estabas haciendo, no me importa.
Pero me duele tu cuerpo, me duele toda tu piel. Y todo mi dolor nunca se podrá comparar al que sientes tú...
No te conozco, no sé que pasó, sólo sé que dijiste NO y no te respetaron.
No soy capaz de mirar hacia otro lado, me duele, me duele mucho.
Me duele ver que dicen "Y es que, como iba vestida, qué esperaba que le pasase...", "La culpa es suya, por ir sola a esas horas de la noche", "Si es que hay que tener más cuidado"... O sea, ¿Qué me estoy perdiendo?
Me duele tu cuerpo.
Ese cuerpo que es tuyo y solo tuyo. Y a la vez, el de todas nosotras.
Ojalá algún día no estemos más solas ante tanta violencia.
Ojalá algún día nuestros cuerpos se conviertan únicamente en la fuente de nuestro propio placer. De nuestra propia vida. De todo lo que nos pertenece.
Ojalá algún día podamos olvidar el miedo, y el dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario