¿Por qué feminismo?

Eterna confusión que usan los machistas para justificarse.

Día a día, encontramos muchos argumentos del estilo «yo no soy ni machista ni feminista, yo creo en la igualdad». Siento decir que quienes pronuncian esta frase suelen ser principalmente personas machistas, aunque no sean conscientes (o no quieran serlo) de ello.

Los detractores de los derechos de las mujeres, que lamentablemente sigue habiendo, utilizan la similitud de estas dos palabras para hacer creer que el feminismo defiende que la mujer está por encima del hombre. Nada más lejos de la realidad.

Imaginemos una carrera donde el corredor A le saca cien metros de ventaja al corredor B. El “igualitarismo”, término totalmente incorrecto en este caso, pero que se suele usar para desmontar el feminismo, defendería adelantar a ambos corredores la misma distancia. Si nuestra intención es que los dos corredores lleguen juntos a la meta, no tiene sentido, ya que entre ellos siempre habrá una separación de cien metros. Para conseguir que se igualen, es necesario apoyar al corredor B a recortar distancia.

Pues eso mismo es lo que pasa en nuestra sociedad. Solo que en vez de una carrera se trata de derechos básicos, donde el hombre va muy por delante de la mujer.

La igualdad nunca será posible si no se reivindican día a día los derechos de las mujeres. Porque la sociedad que nos pintan los autodeclarados “igualitaristas” no es otra cosa que el machismo encubierto, por miedo al desprestigio social que tanto merecen sus prejudiciales y anticuadas ideas.

El feminismo es lo opuesto al machismo, claro que sí, pero no de la forma que nos quieren hacer creer. La base del feminismo es la igualdad entre hombres y mujeres, debemos inculcar esta idea en cada sector de nuestra sociedad. Nuestra causa no excluye a los hombres, todos somos necesarios para tumbar al fantasma del machismo que sigue muy presente en nuestro día a día.

No nos debemos detener ante nada ni nadie, aunque nos llamen «feminazis» u otras cosas que rozan la mezquindad, nuestra causa es ya un movimiento imparable hacia la igualdad.

Nosotras sí.